martes, 9 de diciembre de 2008

"Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial"

Integrantes (nº Lista) :
- Yerko Arredondo (03)
- Diego Madariaga (18)
Curso : 8ºE
Profesor : José Sánchez C.
Asignatura : Historia
Título : "Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial"

Infancia, adolescencia y Primera Guerra Mundial

Adolf Hitler nació en Braunau am Inn, una pequeña aldea cerca de Linz en la provincia de la Alta Austria, no muy lejos de la frontera alemana, en lo que entonces era el Imperio Austrohúngaro. Fue el cuarto hijo de seis. Su padre, Alois Hitler (1837–1903), fue un agente de aduanas. Su madre, Klara Pölzl (1860–1907), fue la tercera esposa de Alois. Ella era también su prima, así que se tuvo que obtener una dispensación papal para el matrimonio. De los seis hijos de Alois y Klara, sólo Adolf y su hermana Paula llegaron a la edad adulta. El padre de Hitler también tuvo un hijo, Alois Jr, y una hija, Angela, con su segunda esposa.
Como niño, Hitler dijo que era azotado a menudo por su padre. Años más tarde le dijo a su secretaria: "Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más cuando mi padre me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad de poner a prueba mi voluntad. Mi madre, asustada, se escondió en frente de la puerta. En cuanto a mí, conté silenciosamente los golpes del palo que azotaba mi trasero."
Hubo rumores de que Hitler tenía alguna parte de sangre judía y de que su abuela, Maria Schicklgruber, se embarazó mientras trabajaba como criada en una familia judía. Las implicaciones de estos rumores fueron políticamente explosivas para el proponente de una ideología racista. Los adversarios intentaron demostrar que Hitler tenía antepasados judíos o checos. Aunque estos rumores no fueron nunca confirmados, para Hitler fueron una razón suficiente para ocultar sus orígenes. Según Robert G. L. Waite en The Psychopathic God: Adolf Hitler, Hitler convirtió en ilegal para las mujeres alemanas trabajar en familias judías, y después del "Anschluss" (anexión) de Austria, Hitler convirtió la ciudad natal de su padre en una área de prácticas de artillería. Waite dice que las inseguridades de Hitler en este respecto pueden haber sido más importantes que si la ascendencia judía pudo ser probada por sus compañeros.
Hitler afirmaba que su bajón en la educación fue una rebelión contra su padre, que quería que el niño le siguiera en una carrera como agente de aduanas; en cambio, Hitler quería convertirse en pintor. Esta explicación se sostiene aún más por la posterior descripción de Hitler de él mismo como un artista incomprendido. No obstante, después de la muerte de Alois el 3 de enero de 1903, el trabajo escolar de Hitler no mejoró. A la edad de 16 años, Hitler abandonó la educación secundaria sin un título. Hitler en sus estudios fue un gran estudiante ya que recibió muchos premios por ser un gran académico sobre todo en la materia de Historia militar.
Hitler era un chico inteligente, pero cambiante, y en dos ocasiones suspendió el examen de entrada a la Universidad de Linz. Allí quedó cautivado por las lecturas pangermánicas y antisemitas del profesor Leopold Poetsch, quien influyó notablemente en la mente del joven.
Hitler era devoto de su madre y probablemente odiaba a su padre, quien era un estricto disciplinario. Padre e hijo tampoco compartían sus ideas políticas. Alois Hitler también deseaba que su hijo llegara a ser funcionario como él, empleo del que se sentía muy orgulloso y al que había llegado prácticamente sin una base académica. Pero al joven Hitler ese futuro no le seducía en absoluto, ya que estaba demasiado alejado de su objetivo, las artes. Se interesó por la pintura y la arquitectura, pero no logró ser admitido en la Escuela de Bellas Artes de Viena al no poseer el talento deseado, lo cual le decepcionó mucho.
Muchos historiadores especulan que su odio extremo hacia los judíos era por la posibilidad de que el padre biológico de Alois (y por tanto su abuelo) fuera de origen judío, lo que fue desmentido luego. Otros lo atribuyen a que su madre murió al cuidado de un médico judío, pero el mismo Hitler pareció estar agradecido por sus atenciones (le regaló una pintura y más tarde como canciller le permitió salir de Austria). Según algunos, sería la idea de la supuesta influencia sionista para que Estados Unidos entrara en la guerra. Hasta la fecha, ninguna de estas aseveraciones ha sido convincentemente confirmada. Otra hipótesis afirma que fue simplemente por estrategia política. Hilter encontró un culpable simbólico que le permitía justificar fácilmente el nacionalismo alemán y superar la lucha de clases (lo que en Psicología básica se denomina chivo expiatorio). El banquero no era malo por ser banquero, sino por ser judío. Si el banquero era alemán, nacionalista alemán, sólo podía empeñar la plusvalía que obtenía a costa de los trabajadores en engrandecer Alemania. Era una adaptación de la idea fascista del nacionalismo para superar la lucha de clases, pero era mucho más potente al identificar un enemigo mítico contra el que ya existía recelo y aversión mítica y antigua (los judíos como responsables de la muerte de Cristo). Una brillante idea con la que promover un movimiento unitario con una gran dosis de crítica y acción constructora (la gran Alemania) y una no menor dosis de destrucción y violencia mítica. La acción política perfecta: construir y destruir como propuesta política.
Al inicio de la Primera Guerra Mundial (1914) decidió alistarse como voluntario en el ejército alemán. Realizó su servicio en Francia y Bélgica como mensajero del 16° Regimiento de Infantería Bávara de Reserva, que lo expuso al fuego enemigo. También aprovechó para dibujar algunas historietas y dibujos de instrucción para el periódico del ejército. Fue ascendido al rango de cabo y condecorado en varias ocasiones por su valor en combate, destacando especialmente la consecución de la Cruz de Hierro de segunda clase el 2 de diciembre de 1914, y la Cruz de Hierro, primera clase, el 4 de agosto de 1918, un honor raras veces dado a un soldado de tan baja graduación (ya que aún no era ciudadano alemán, no fue promovido más allá del grado de cabo). En octubre de 1916, en el norte de Francia, Hitler fue herido en la pierna, regresando al frente en marzo de 1917.
El 15 de octubre de 1918, poco antes del final de guerra, Hitler fue trasladado a un hospital de campaña, donde quedó temporalmente ciego por un ataque con gases tóxicos. Una investigación realizada por Bernhard Horstmann indica que su ceguera pudo haber sido resultado de una reacción histérica a la derrota alemana. Hitler expresó metafóricamente que durante aquella experiencia, al quitarse la venda que cubría sus ojos, fue cuando descubrió que el objetivo de su vida era lograr la salvación de Alemania. Mientras, fue tratado por un médico militar y un especialista en psiquiatría, que, según se informa, diagnosticó al cabo como «incompetente para comandar gente» y «peligrosamente psicótico». Su comandante declaró: «¡Nunca promoveré a este histérico!». Sin embargo, el historiador Sebastian Haffner, refiriéndose a la experiencia de Hitler en el frente, sugiere que por lo menos tuvo algún tipo de entendimiento con los militares.
La capitulación alemana en noviembre de 1918 lo impactó de sobremanera, pues en la creencia popular alemana el ejército alemán permanecía invicto. Como muchos otros nacionalistas alemanes, Hitler culpó a los socialdemócratas («los criminales de noviembre») por la rendición. Una explicación extendida por la derecha conservadora sobre la capitulación era la Dolchstoßlegende («la leyenda de la puñalada por la espalda»), que pretendía argumentar que a espaldas del ejército los políticos socialistas y marxistas habían traicionado y «apuñalado» a los alemanes y sus soldados por la espalda. El Tratado de Versalles impuso reparaciones de guerra y otras sanciones económicamente muy perjudiciales para el país, declarando a Alemania culpable de los horrores de la Primera Guerra Mundial. Durante la negociación del documento surgieron controversias entre el afán pacificador de W. Wilson, presidente de EE.UU. y el vengativo revanchismo del premier francés, Georges Clemenceau. La reconciliación nunca estuvo dentro de los objetivos de Gran Bretaña y Francia porque, desde mediados del siglo XIX, Alemania siempre había rivalizado con estas dos potencias, por la hegemonía de Europa y el control sobre los territorios coloniales en África y Asia. El tratado fue considerado por los alemanes como una humillación y fue un importante factor en la creación de las reivindicaciones sociales y políticas demandadas por Hitler y su Partido Nacionalsocialista para llegar al poder.

Inicios en la política

Después de la Primera Guerra Mundial, Hitler permaneció trabajando para el ejército como espía militar, siendo destinado a la supresión de levantamientos socialistas, que estallaron a través de toda Alemania, incluyendo Múnich, lugar a donde Hitler regresó en 1919. Participó en el «pensamiento nacional», cursos organizados por el Departamento de Educación y Propaganda del grupo bávaro de la Reichswehr. Un objetivo clave de este grupo era crear una «cabeza de turco» para justificar la derrota alemana. Las cabezas de turco fueron encontradas en el Judaísmo Internacional, los comunistas y los políticos liberales, especialmente los miembros de la coalición de Weimar, que eran considerados como los «criminales de noviembre».
En julio de
1919, Hitler fue designado V-Mann (Verbindungsmann, término alemán para espía de la policía) del Aufklärungskommando (Comando de Inteligencia) de la Reichswehr, con el objetivo de atraer a otros soldados de ideas similares, siendo asignado a infiltrarse en un pequeño partido nacionalista de extrema derecha, el Partido Obrero Alemán (DAP). Allí, Hitler conoció a Dietrich Eckart, uno de los primeros miembros y fundador del partido.
Hitler comenzó a participar a tiempo completo en las actividades del partido. Ya a principios de
1921, Hitler era considerado como un gran orador, hablando frente a muchedumbres cada vez más grandes. En febrero, habló ante una muchedumbre de casi seis mil personas en Múnich. Para hacer pública la reunión, envió dos camiones de partidarios del Partido con esvásticas, causar conmoción y distribuir prospectos; fue el primer empleo de esta táctica. Hitler ganó notoriedad fuera del partido por sus discursos polémicos, atacando el Tratado de Versalles, a políticos y grupos rivales (sobre todo marxistas) y a los judíos (los que posteriormente intentaría exterminar).
Por entonces, sus principales enemigos eran los comunistas; para combatirlos, creó la Sturmabteilung —la S.A.— comandada por
Johann Ulrich Klintzich, aunque el verdadero jefe era el capitán Ernest Röhm. Toma como emblemas la Hakenkreuz —la cruz gamada— y el saludo del fascismo italiano del brazo en alto.
Alentado por este primer apoyo, Hitler decide usar a
Ludendorff como rostro visible de un intento de golpe de estado que sería posteriormente conocido como "El Golpe del Salón de Cerveza". El partido nazi había tomado una imagen similar a la del fascismo italiano además de ciertos puntos de los programas políticos y en 1923, Hitler trató de emular la "Marcha sobre Roma" de Mussolini, realizando su “Campaña en Berlin”. Hitler y Ludendorff obtuvieron apoyo clandestino por parte de Gustav von Kahr, el regente de Bavaria (Regente de Facto), además de prominentes figuras del Reichswehr y la policía. Como lo demuestra la propaganda política, lo que buscaban era formar un nuevo gobierno.
El
8 de octubre de 1923, Hitler y la SA irrumpieron en una reunión pública liderada por Kahr en el Bürgerbräukeller, una cervecería a las afueras de München. Hitler anunció sus intenciones de formar un nuevo gobierno junto a Ludendorff, reclamando la ayuda de Kahr y de las fuerzas militares locales en la tarea de derrocar al gobierno regente en Berlín. Kahr negó la ayuda a Hitler y se unió a la oposición en cuanto pudo. Al día siguiente, cuando Hitler y sus seguidores marcharon desde la cervería hasta el Ministerio Militar Bávaro para derrocar al gobierno de ese estado como primer paso de su “Marcha sobre Berlín”, la policía disolvió la revuelta inmediatamente. Dieciseis miembros del NSDAP fueron muertos durante la refriega.
Hitler huyó hacia la casa de
Ernst Hanfstaengl y pensó en el suicidio. Durante el Juicio, se le otorgó a Hitler casi tiempo ilimitado para hablar, lo que hizo que su popularidad creciera debido a su poderoso y convincente discurso nacionalista.
En el momento de la liberación de Hitler, la situación política en Alemania se había calmado y la economía mejorado, lo que obstaculizó las oportunidades de Hitler para la agitación. Aunque el Putsch de Hitler llego a tener cierta prominencia nacional, el puntal de su partido siguió siendo Munich.
Como Hitler aun tenia prohibido dar discursos públicos tras su liberación, el orador designado Gregor Strasser, quien en 1924 había sido elegido para el Reichstag, como Reichsorganisationsleiter, fue autorizado a organizar el partido en el norte de Alemania. Strasser, junto con sus hermanos menores Otto y Joseph Goebbels, enfatizaron el curso independentista del movimiento, haciendo hincapié en el elemento socialista de el programa del partido. Durante este tiempo surgió la Arbeitsgemeinschaft der Gauleiter Nord-West que se convirtió en una facción de oposición interna del partido, la cual momentáneamente amenazo la autoridad de Hitler, mas sin embargo esta fue rápidamente derrotada en la Conferencia de Bamberg en 1926, durante la cual se sumo a Hitler, Joseph Goebbels.
Un elemento clave de la apelación de Hitler era su capacidad de evocar un sentido de orgullo nacional ofendido por el Tratado de Versalles que fuera impuesto a los vencidos del Imperio alemán por los aliados occidentales. Alemania había perdido importancia económica en Europa, con sus colonias y en la admisión de la responsabilidad exclusiva de la guerra con la que "accedió" a pagar una enorme factura por la reparación total de daños a las potencias aliadas por 132 millones de marcos. La mayoría de los alemanes estaban amargamente resentidos con estos términos, pero los primeros intentos nazis para ganar el apoyo del pueblo culpando de estas humillaciones al "
Judaísmo internacional" no fueron precisamente un éxito entre el electorado. El partido aprendido rápidamente, y poco a poco métodos más sutiles de propaganda surgieron (la combinación de antisemitismo con un ataque a los fracasos del "sistema de Weimar" y las partes que lo apoyaban).Habiendo fracasado en derrocar a la República por un golpe de Estado, Hitler persiguió la "estrategia de la legalidad": esto significaba adherirse oficialmente a las normas de la República de Weimar, hasta que legalmente hubiera adquirido el poder para luego transformarlo en un régimen. Algunos miembros del partido, sobre todo en el grupo paramilitar de la SA, se opusieron a esta estrategia, como Ernst Röhm que incluso llego a ridiculizar a Hitler llamándolo "Adolphe Legalité" (Adolfo legalidad/Adolfo el legal).

La Carrera al poder

Tras su derrota en las elecciones presidenciales de 1932, los nazis y los comunistas iniciaron una ola de revueltas y violencia callejera que solamente empeoró la situación de los débiles e inestables gobiernos de Heinrich Brüning, Franz von Papen y Kurt von Schleicher al colapso. Estos gobiernos fueron incapaces de gobernar con la aprobación del Reichstag (Parlamento), por lo que dependían del Presidente Paul von Hindenburg para mantenerse. Hindenburg ya era muy anciano, y era propenso a ser manipulado. Luego de forzar la renuncia de Schleicher, en enero de 1932, Hindenburg fue convencido por Papen de que solamente Hitler podría gobernar con aprobación del Reichstag y lo nombró Canciller alemán el 30 de enero de 1933. Papen había pactado con Hitler días antes para formar un gobierno conjunto, ya que pensó que podría dominar al futuro dictador. Hitler disolvió el Parlamento y convocó elecciones, liderando el Partido Nacional-socialista. Una semana antes de las votaciones, se produjo un incendio en el edificio del Reichstag y Hitler, tras acusar a la oposición comunista y social-demócrata del incendio, promulgó leyes de excepción, eliminando y persiguiendo a muchos adversarios políticos.
Consiguió la mayoría en las elecciones de marzo (aunque muchos historiadores señalan que no logró un apoyo importante por parte del pueblo alemán inicialmente). El
23 de marzo de 1933 el Parlamento Alemán aprobó la Ley Habilitante que otorgaba plenos poderes a Adolf Hitler como dictador de Alemania, con el apoyo del partido conservador de Von Papen y de los católicos de Ludwig Kaas. En contra, sólo votaron los pocos diputados socialistas que quedaban. Los diputados comunistas habían sido ya detenidos o se habían visto obligados a huír.
En poco tiempo, logró afianzarse en el poder, detentando los cargos de canciller y presidente de la República a la muerte de Hindenburg (
2 de agosto de 1934), nombrándose a sí mismo Reichsführer. Estableció el nacional-socialismo como único partido legal. Eliminó a los oponentes de su propio partido y a colaboradores de dudosa fidelidad durante la llamada «Noche de los cuchillos largos», iniciando el proceso de eliminación de diversos grupos raciales, políticos, sociales y religiosos que consideraba «enemigos de Alemania» y «razas impuras», lo que más tarde le llevó a crear los campos de concentración para la liquidación sistemática de comunistas, judíos, Testigos de Jehová (Bibelforscher), gitanos, enfermos mentales y homosexuales, principalmente, así como a un intenso rearme.

Hitler al mando


Habiendo obtenido el poder político que necesitaba, Hitler llegó a obtener el apoyo y convencer a la mayoría de los alemanes de que el era su salvador de la economía ante de la depresión, del comunismo, el "judeo-bolchevismo", y el Tratado de Versalles, junto con otras minorías "indeseables". Los nazis eliminaron la oposición a través de un proceso conocido como Gleichschaltung.
Hitler estuvo a cargo de una de las mayores expansiones de la producción industrial y la mejora civil como nunca se había visto en Alemania, en su mayoría sobre la base de la deuda de flotación y el rearme. Durante un discurso de la Organización de las Mujeres Nacional Socialistas en septiembre de 1934, Adolf Hitler argumentó que para la mujer alemana su mundo era "su marido, su familia, sus hijos, y su casa." Esta política fue reforzada al instaurar la Cruz de Honor de la Madre Alemana, junto con incentivos económicos para la mujer que tuviera cuatro o más hijos. La tasa de desempleo se redujo sustancialmente, en su mayoría a través de la producción de armas y el envío de la mujer a casa, para que los hombres pudieran ocupar sus puestos de trabajo. En vista de esto, se llegó a afirmar que la economía alemana logró emplear a todos, al menos según la propaganda de la época. Gran parte del financiamiento para la reconstrucción y el rearme vino de la manipulación de la moneda por Hjalmar Schacht, incluyendo los créditos a través de las cuentas mefo. Los efectos negativos de esta inflación se compensaron durante los años siguientes por la adquisición de oro de las tesorerías de las naciones anexadas.
Hitler también estuvo a cargo de una de las más grandes campañas de mejora de la infraestructura en la historia alemana, con la construcción de decenas de represas, autopistas, ferrocarriles, y otras obras civiles. Hitler insistió en la importancia de la vida familiar: los hombres debían ser el "sostén de la familia", mientras que las prioridades de la mujeres debían ser la educación de los hijos y las tareas domésticas. Esta revitalización de la industria y la infraestructura se produjo a expensas del nivel general de vida, al menos para los que no fueron afectados por el desempleo crónico después de la República de Weimar, ya que los salarios se redujeron ligeramente durante la Segunda Guerra Mundial y se aumentó en un 25% costo promedio de vida. Los obreros y los agricultores, los votantes frecuentes del NSDAP, sin embargo, registraron un aumento en su nivel de vida.
El gobierno de Hitler auspicio la arquitectura en una escala inmensa, junto con Albert Speer que pasaría a ser el famoso "Arquitecto del Reich". Si bien como arquitecto fue importante en la aplicación clasicista y la re interpretación de la cultura alemana, Speer demostró ser mucho más eficaz como ministro de armamento en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial. En 1936, Berlín fue sede de los Juegos Olímpicos de verano, que fueron inaugurados y dirigidos por Hitler como una forma de demostrar la superioridad aria alemana sobre todas las demás razas. Olympia, la película sobre los juegos y otras películas documentales de propaganda para el partido nazi fueron dirigidas por el cineasta personal de Hitler, Leni Riefenstahl.
Aunque Hitler hizo planes para una Breitspurbahn (una red de ferrocarriles de amplio calibre) estos fueron cancelados tras el inicio de la II Guerra Mundial. De haber sido construido el ferrocarril, su calibre habría sido de tres metros, siendo incluso más amplio que el ferrocarril Great Western de Gran Bretaña.
Hitler también contribuyo al diseño de un automóvil accesible y practico para el pueblo, automóvil que más tarde se convertiría en el Volkswagen Beetle, cuyo diseño y construcción le fue encomendado al Ing. Ferdinand Porsche. La producción de este también fue aplazada a causa de la guerra.
Hitler consideró a la antigua Esparta como el primer estado Nacional Socialista, y alabó su tratamiento eugenésico de los niños deformes.
También otorgó la Orden del Águila Alemana, una de las más altas distinciones del Tercer Reich, al industrial Emil Kirdorf en abril de 1937, en recompensa por su apoyo financiero durante su ascenso al poder. Al año siguiente, cuando murió, también le organizó un funeral de estado.

La Guerra de Hitler (Inicios de la II G.M.)

El 12 de marzo de 1938, Hitler presionó a Austria para la unificación con Alemania (el Anschluss) e hizo una entrada triunfal en Viena el 14 de marzo. A ello le siguió la intensificación de la Crisis de los Sudetes, en la zona de habla alemana de Checoslovaquia conocida como Sudetes; Esto condujo al Acuerdo de Munich de septiembre de 1938, que autorizó a la anexión y ocupación militar inmediata de estos distritos por parte de Alemania. Como resultado de la cumbre, la revista TIME proclamó a Hitler Hombre del Año de 1938. El Primer Ministro británico, Neville Chamberlain, saludó este acuerdo como la "paz en nuestro tiempo", pero al dar forma a las exigencias militares de Hitler, Gran Bretaña Y Francia también abandonaron Checoslovaquia a Hitler. Hitler ordenó al ejército alemán entrar en Praga el 15 de marzo de 1939, tomando el Castillo de Praga y de Bohemia y proclamando un protectorado alemán en Moravia.
Tras ello, Hitler eleva quejas relativas a la ciudad libre de Danzig y el corredor polaco (la Crisis de Danzig), que fue cedida por Alemania en virtud del Tratado de Versalles. Gran Bretaña no había podido llegar a un acuerdo con la Unión Soviética para una alianza contra Alemania, y, el 23 de agosto de 1939, Hitler firma a un pacto secreto de no agresión (el Pacto Molotov-Ribbentrop) con Stalin en el que se acordó la probable partición de Polonia entre La Unión Soviética y la Alemania nazi. El 1 de septiembre, Alemania invadió la parte occidental de Polonia. Después de haber garantizado la asistencia a Polonia, Gran Bretaña y Francia declaran la guerra a Alemania el 3 de septiembre, pero no actuan de inmediato. No mucho después de esto, el 17 de septiembre, las fuerzas soviéticas invadieron Polonia oriental.
Durante esta guerra, Hitler reconstruye sus fuerzas. En abril de 1940, ordena a las fuerzas alemanas a marchar sobre
Dinamarca y Noruega. En mayo de 1940, Hitler ordena a sus fuerzas atacar Francia, la conquista de los Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica. Francia se rindió el 22 de junio de 1940. Esta serie de victorias persuaden a su principal aliado, Benito Mussolini de Italia, para unirse a la guerra al lado de Hitler en mayo de 1940.
Gran Bretaña, cuyas fuerzas habían derrotado en Francia a los evacuados de la ciudad costera de
Dunkerque, continuaron luchando junto a las fuerzas canadienses en la batalla del Atlántico. Después de sus gestiones en pro de la paz sistemáticamente rechazadas por el Gobierno británico, ahora conducido por Winston Churchill, Hitler ordena los bombardeos sobre las Islas Británicas, dando lugar a la Batalla de Gran Bretaña, un preludio de la ya prevista invasión alemana. Los ataques comenzaron a golpear por las bases de la Real Fuerza Aérea y la protección de las estaciones de radar sudeste de Inglaterra. Sin embargo, la Luftwaffe no derrota a la Real Fuerza Aérea a finales de octubre de 1940. La superioridad aérea para la invasión, denominada Operación Sealion, no estaba asegurada, y Hitler ordenó diversos bombardeos que se llevarián a cabo en ciudades británicas, incluyendo Londres y Coventry, en su mayoría por la noche.
En el mapa se muestran los movimientos durante la guerra.

Los Errores y la Caída (Descenlace II G.M.)

El 22 de junio de 1941, tres millones de soldados alemanes atacaron la Unión Soviética, rompiendo el pacto de no agresión que Hitler había firmado con Stalin dos años antes. Esta invasión, llamada Operación Barbarroja, incautó grandes cantidades de territorio, incluidos los Estados Bálticos, Bielorrusia, y Ucrania. También rodearon y destruyeron muchas fuerzas soviéticas. Pero los alemanes no consiguieron llegar a Moscú en diciembre de 1941 por el invierno ruso unido a la feroz resistencia soviética reforzadas con tropas siberianas de Zhukov. La invasión no había logrado el triunfo rápido que Hitler quería.
Hitler firmó la declaración de guerra contra los
Estados Unidos el 11 de diciembre de 1941, cuatro días después del del ataque del Imperio del Japón a Pearl Harbor, Hawai, muchos historiadores y revisionistas consideran este paso un grave error, pues logra así en su contra, una coalición que incluía el imperio más grande del mundo (el Imperio británico), el más grande del mundo industrial y financiero (los Estados Unidos), y el ejército más grande del mundo (la Unión Soviética).
A finales de 1942, las fuerzas alemanas fueron derrotadas en la
Segunda Batalla de El Alamein, frustrando los planes de Hitler para aprovechar el Canal de Suez y el Oriente Medio. En febrero de 1943, la titánica batalla de Stalingrado acabó con el cerco y la destrucción del 6 º Ejército alemán. Poco después llegó la gigantesca Batalla de Kursk (1.300.000 rusos, 3.600 tanques, 20.000 piezas de artillería y 2.400 aviones, frente a 900.000 alemanes, 2.700 tanques, 2.000 aviones).
Desde Stalingrado, el plan militar de Hitler se volvió cada vez más errático y la situación económica se deterioró.
Después de la invasión aliada de Italia (
Operación Husky) ,en 1943, el aliado de Hitler, Mussolini, fue depuesto por Pietro Badoglio, que se rindió a los Aliados. A lo largo de 1943 y 1944, la Unión Soviética constantemente forzó a los ejércitos de Hitler a retroceder a lo largo del Frente Oriental. El 6 de junio de 1944, los ejércitos occidentales aliados desembarcaron en el norte de Francia en lo que fue la operación anfibia más grande jamás realizada, la Operación Overlord.
En el ejército alemán, los más realistas sabían que la derrota era inevitable, y algunos oficiales dibujan un plan para deponer a Hitler del poder. En julio de 1944, uno de ellos, el ex-oficial de observación de artillería del mariscal
Erwin Rommel, Claus von Stauffenberg coloca una bomba plantada en una de las Führer Sede de Hitler, la Wolfsschanze (Wolf's Lair), en Rastenburg, pero sin conseguir acabar con Hitler, este intento en uno de los atentados contra Hitler que más cerca estuvo de tener éxito.
Éste ordenó salvajes represalias, y una persecución implacable por parte de las
SS lo que resulta en la ejecución de más de 4.900 personas, a veces por inanición en régimen de aislamiento seguido por estrangulación lenta. El principal movimiento de resistencia fue destruido, aunque pequeños grupos aislados siguieron funcionando. La lista de personajes que cayeron es extensa y se pueden citar a Wilhem Canaris, Erwin Rommel, entre otros
El atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944 le dejó secuelas progresivas que lentamente fueron afectando su normal raciocinio, desenvolvimiento y dominio de la situación.
Hitler también experimentó un deterioro de la salud. Su mano izquierda temblaba; el biógrafo
Ian Kershaw y otros creen que puede haber sufrido de la enfermedad de Parkinson. También se ha sospechado, por alguno de los síntomas, que pudo haber padecido Sífilis, aunque las evidencias en favor de ello son mínimas.

Muerte de Hitler


La versión oficial de los aliados —que concuerda con la versión dada por su secretaria personal, Traudl Junge, en el libro Hasta la última hora: la secretaria de Hitler cuenta su vida (Bis zur letzten Stunde: Hitlers Sekretärin erzählt ihr Leben), con la versión de Joachim C. Fest, historiador y biógrafo, en El hundimiento (Der Untergang) así como la biografía del General Freytag von Loringhoven— indica que Hitler renunció a intentar huir de Berlín y se suicidó con un tiro de pistola y, al mismo tiempo, ingiriendo una cápsula de cianuro en su Führerbunker, a 15 m de profundidad en el subsuelo del edificio de la Cancillería en Berlín, junto a su nueva esposa Eva Braun y rodeado de unos pocos incondicionales, el 30 de abril de 1945, cuando el Ejército Rojo, dirigido por el mariscal Georgi Zhúkov, tomaba Berlín y se encontraba a menos de 300 m del búnker.
Aquel día, Hitler almorzó en compañía de sus secretarias en un silencioso ambiente y después del almuerzo, el cual fue servido por Constanze Manziarly, hizo matar a su perra Blondie. Luego dio a su ayudante Otto Günsche instrucciones estrictas sobre la cremación de su cuerpo y el de su esposa, probablemente para evitar que fueran exhibidos como «trofeos de guerra», recordando el ultraje del cadáver de su amigo Benito Mussolini, que fue colgado desnudo boca abajo junto con el de su amante en una gasolinera de Milán, donde fue golpeado, escupido y despreciado durante días. El siguiente relato procede del testimonio de Günsche:
"Hitler se retiró a eso de las 16 horas junto con Eva Braun a su despacho privado contiguo a la sala de mapas y Otto Günsche se paró frente al despacho esperando el momento de entrar; le acompañaba Linge. Se sintió un disparo ahogado y Günsche esperó unos 15 minutos de acuerdo a instrucciones; posteriormente Linge ingresó a la habitación de dos ambientes. Hitler estaba recostado a un extremo del sofá con un tiro en la sien, con salida de proyectil, de la cual aún manaba sangre, su boca tenía una grotesca mueca.
Según Günsche y Linge, Eva Braun estaba recostada al otro extremo con los ojos abiertos y una mueca de dolor en su rostro, una pistola estaba en la mesa a su disposición, pero no alcanzó a usarla, pues el cianuro suministrado por el médico personal de Hitler, Ludwig Stumpfegger, había sido rápido.
En efecto, Linge siguió a Günsche al entrar al compartimiento de Hitler, y una vez confirmada su muerte, levantó los cuerpos envueltos en una alfombra y los sacó al patio trasero de la Cancillería, en unos momentos en que llovían obuses rusos por doquier.
Günsche depositó ambos cuerpos en un orificio de obús, los roció con unos 200 litros de gasolina y les prendió fuego. Mientras se consumían, unos cuantos testigos, entre ellos Martin Bormann, Goebbels, realizaron un nervioso y acongojado saludo militar, mas un obús que estalló cerca les obligó a volver al búnker sin verificar la total consumación de la incineración.
Su muerte se puso en duda durante mucho tiempo, creándose toda suerte de mitos.
Recientes versiones surgidas en los años 1990 del lado ruso, confirman que los soviéticos (NKVD), después de una infructuosa búsqueda en la que incluso hallaron a un doble de Hitler suicidado en una habitación de la Cancillería como una forma de despistar, por fin dieron con los restos irreconocibles en parte de Hitler, Braun y la familia Goebbels y que estos, secretamente aún para el mismo general Zhúkov, fueron transportados en cajas especiales a la frontera, a un cuartel militar que luego pasaría a ser territorio de la República Democrática Alemana.
Los rusos confirmaron inicialmente en 1955 la muerte de Hitler, pero no se mostraron evidencias muy sustanciales, salvo algunos detalles odontológicos, lo que confirmaba a pesar de todo que los rusos tenían los cuerpos.
Estos restos permanecieron secretamente enterrados bajo un jardín de dicho cuartel en la ciudad de Magdeburgo y sólo algunas autoridades de la NKVD sabían dónde estaban, hasta que en 1970 fueron exhumados, se extrajo el cráneo a Hitler y el resto de los cadáveres fue incinerado para evitar que su tumba fuera objeto de veneración, y las cenizas fueron lanzadas al alcantarillado de dicha ciudad.
No se ha podido dar con el cráneo de Hitler, pero una parte signada como de Hitler, el hueso parietal de su caja craneana está en un Museo soviético.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Resúmen / Conclusión / Comentarios Personales

Adolf Hitler (20 de abril de 1889 en Braunau am Inn, Imperio Austrohúngaro, hoy Austria - 30 de abril de 1945 en Berlín) fue un militar y político alemán de origen austriaco que estableció un régimen nacionalsocialista en el que recibió el título de Reichskanzler (canciller del Imperio) y Führer (caudillo, líder o guía).
Como jefe del
Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei o NSDAP), dirigió el gobierno del país de 1933 a 1945, período en el que ocupó sucesivamente los cargos de canciller, Jefe de Gobierno y Jefe de Estado.
Consiguió el poder durante el
período de crisis de Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Utilizó propaganda y oratoria carismática, enfatizando en el nacionalismo, el antisemitismo y el anticomunismo. Después de reestructurar la economía y rearmar las fuerzas armadas, estableció una dictadura totalitaria. Perseguía una agresiva política exterior para ampliar el Lebensraum (espacio vital) alemán, y desencadenó la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia.
Aunque la
Alemania Nazi y las Potencias del Eje ocuparon la mayoría de Europa y partes de Asia en su apogeo, fueron finalmente derrotadas por los Aliados. Al final de la guerra, las políticas de conquista territorial y subyugación racial de Hitler habían llevado muerte y destrucción a decenas de millones de personas, incluyendo el genocidio de unos seis millones de judíos en lo que se conoce como el Holocausto.
En los últimos días de la guerra, Hitler y su nueva esposa,
Eva Braun, se suicidaron en su búnker subterráneo de Berlín, mientras la ciudad era invadida por el Ejército Rojo de la Unión Soviética.

Nosotros como una opinión personal nos encontramos en desacuerdo con los planteamientos e ideales de Adolf Hitler y de la ideología Nazi, pues creemos profundamente en la igualdad de raza, de condiciones, de respeto y de derechos.
También consideramos que Hitler es uno de los personajes más relevantes de la historia, pues lideró una ideología que consolidó al pueblo alemán después de la Primera Guerra Mundial y sin duda revolucionó y fue de muy fuerte impacto para nuestro mundo.